Sahih Al-Kalim At-Taiyib
10.- La llamada para la oración y aquellos quienes la escuchan
53.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si la gente supiera las virtudes del llamado de la oración y el pararse en primera fila durante la oración, ellos tomarían una carrera para estar en la primera fila”.
54.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Si la oración es llamada, Satán se volteará sobre su espalda para evitar escuchar el llamado a la oración. Cuando el llamado a la oración termina, él se voltea, entonces cuando la oración es llamada para ser llevada a cabo, él se voltea otra vez e intenta susurrar en los oídos para recordar esto, recordar aquello y así. Esto puede ser desvío suficiente para causar que uno olvide aún cuántos Rakás de la oración ha llevado a cabo”.
55.- Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Todos los humanos y los Yins (criaturas no vistas) quienes oyen el llamado a la oración serán testigos y testificarán en el Día del Juicio por la persona quien llamaba para la oración”.
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Libro de la Sabiduría 3
I• La superioridad de la sabiduría
54. Abû Huraira relató que un beduino se acercó al Mensajero de Dios (B y P), mientras él enseñaba a sus discípulos, y le dijo: ‘¿Cuándo será la hora?’ El Mensajero de Dios (B y P) siguió hablando; entonces, algunos dijeron: ‘No le gus- tó lo que dijo (el beduino)’. Otros dijeron: ‘No lo oyó’; hasta que terminó de hablar. Entonces, dijo: «¿Quién preguntó por la Hora del Juicio?» El be- duino dijo: ‘Soy yo Mensajero de Dios’. Le dijo: «Cuando la confianza (en la autoridad y la hon- radez) se pierda, espera la llegada de la Hora». El beduino preguntó: ‘¿Y cómo se perderá la con- fianza?’ El Profeta (B y P) respondió: «Cuando la autoridad y el poder se entregue a gente incapaci- tada espera, pues, la Hora».
II • Quien levanta la voz difundiendo la sabiduria
55. ‘Abdullah Ibn ‘Amrû relató: ‘El Profeta (B y P) se retrasó un poco de nuestro grupo en un viaje que hacíamos. Cuando nos alcanzó, la oración nos apremiaba y realizamos la ablución (wudû). Solo nos frotábamos los pies (sin lavar- los correctamente); entonces, él clamó a toda voz: «¡Ay de los talones en el Fuego!». Lo hizo dos o tres veces’.
III • El imâm (lider) interroga a sus compañeros para probar su conocimiento
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