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Sahih Al Bujari

 

Libro de la Menstruación 6

 


I• La menstruación es algo que Dios determinó para las mujeres
Aisha dijo: ‘Salíamos con la única inten- ción de realizar el peregrinaje; pero, cuando llegué a Sarif, me llegó la menstruación. El Mensajero de Dios entró a visitarme y me vio llorando. Me dijo: «¿Qué te pasa? ¿Estás menstruando?» Dije: ‘¡Si!’ Me dijo: «Esto es algo que Dios determinó para las mujeres. Haz lo que hace el peregrino excepto que no realizarás el tawâf (alrededor de la Ka‘ba)» ‘Âisha añadió: ‘El Mensajero de Dios (B y P) sa- crificó vacas como ofrendas por sus esposas’.
II • La mujer menstruante que lava la cabeza de su marido y lo peina


204. ‘Âisha relató: ‘Solía peinar el cabello del Mensajero de Dios (B y P) mientras estaba men- struando’.
205. ‘Âisha añadió que, cuando el Profeta (B y P) estaba en i‘tikâf en la mezquita, le acerca- ba su cabeza, estando ella en su habitación, para que lo peine, mientras ella menstruaba.
III • Recitar el Corán mientras se está apoyado en el regazo de la esposa
206. ‘Âisha relató: ‘El Profeta (ByP) solía apoyarse en mi regazo y recitar versos del Corán mientras yo menstruaba’.
IV • Usando la palabra nifâs para la menstruación
207. Umm Salama relató: ‘Mientras yo estaba acostada junto al Profeta (B y P) bajo una manta de lana, me empezó a bajar la menstruación. Yo me salí (del lecho) y me vestí las ropas que solía usar durante la menstruación. El Profeta (B y P) me preguntó: «¿Te vino al-nifâs (la menstruación)?» Dije: ‘Si’. Entonces me llamó y me acosté junto a él bajo la manta’.
V• Acariciándose con una mujer menstruante
208. ‘Âisha relató: ‘El Profeta (B y P) y yo solíamos tomar baño de un mismo recipiente cuan- do estabamos en ÿanâba. Durante mi menstrua- ción, él me mandaba vestir una falda (izâr) y me acariciaba. Cuando el se enclaustraba en (i‘tikâf), solía acercar su cabeza a mi y yo se la lavaba cuan- do estaba menstruando’.
209. ‘Abdu Rahmân bin Al-Aswad relata que su padre dijo que ‘Âisha dijo: ‘Cuando el Mensaje- ro de Dios deseaba acariciar a alguna de nosotras, estando en la menstruación, solía ordenarle que vista el izâr y entonces empezaba a acariciarla.’ ‘Âisha añadió: ‘¡Ninguno de vosotros podrá con- trolar sus deseos como los controlaba el Profeta (B y P)!’
VI • La mujer menstruante deja el ayuno
210. Abû Sa‘îd Al-Judrî dijo: ‘El Mensajero de Dios salió a nosotros, un día de ‘îd ul-Adha o ‘îd ul-Fitr (la festividad del Sacrificio o la del Desayu- no), en el oratorio. Cuando pasó frente a las muje- res les dijo: «¡Mujeres! ¡Dad limosna! Pues se me ha mostrado que sois la mayoría de la gente del Infierno». La mujeres dijeron: ‘¿Porqué Mensaje- ro de Dios?’ El dijo: «Por que maldecís frecuente- mente y sois ingratas con vuestros esposos. No he visto gente tan disminuida en el raciocinio y en la práctica religiosa que sean capaces de perder a un hombre precavido y sensible como lo hacen algu- nas de vosotras». Dijeron: ‘¿Y por qué somos dis- minuidas en el raciocinio y en la práctica religiosa Mensajero de Dios?’ El dijo: «¿Acaso no equivale el testimonio de la mujer a solo medio testimo- nio del hombre?» Dijeron: ‘Claro que sí’. El dijo: «Pues eso es muestra de que sois disminuidas en el raciocinio ¿Y acaso no dejan de rezar y ayunar cuando están menstruando?» Dijeron: ‘Claro que sí’. Les dijo: «Pues eso es muestra de que sois dis- minuidas en la práctica religiosa»’.
VII • El i‘tkâf de la mujer que padece de hemorragia uterina
211. ‘Âisha relató: ‘En cierta ocasión el Profeta (B y P) hizo el i‘tikâf con alguna de sus esposas, ella sufría de hemorragias uterinas; veía la sangre brotar y solía ponerse un plato debajo para recibir la sangre’.
VIII • La mujer se perfuma despues de tomar el baño al salir de la menstruación
212. Umm ‘Atîya relató: ‘Se nos prohibió llorar a un difunto por más de tres días, excepto un ma- rido, por el cual se puede cuatro meses y diez días. (Durante ese tiempo) no podemos usas kohl en nuestros ojos, ni podemos usar perfume ni vestir ropas coloridas, excepto vestidos hechos de ‘asb . Sí se nos permitía usar el kust azfar al momento de tomar el baño después de cada menstruación. También se nos prohibió acompañar los cortejos fúnebres’.
IX • La mujer debe frotarse cuando se purifica de la menstruación
213. ‘Âisha relató: ‘Una mujer preguntó al Pro- feta (B y P) sobre su baño después de la menstrua- ción. El le instruyó cómo hacerlo; le dijo: «Toma un paño untado de almizcle y te purificas con él». Ella preguntó: ‘¿Y cómo me purifico con él?’ El dijo: «¡Subhâna Allah! ¡Purifícate!». ‘Âisha agregó: ‘La atraje hacia mí y le dije: ‘Frotas el rastro de la sangre con el paño’’».
X• La mujer se peina cuando toma el baño (purificatorio) de la menstruación
214. ‘Âisha relató: ‘Asumí el ihrâm junto con el Mensajero de Dios (B y P) para la Peregrinación de despedida (hiÿÿat ul-wadâ’). Fui de las que de- cidieron hacer haÿÿ tamattu’ y no llevaron con-
sigo sus ofrendas (hadyi)’. Luego relató que le vino la menstruación y no se había purificado aún cuando llegó la víspera del día de ‘Arafa. Entonces dijo: ‘¡Mensajero de Dios! Estamos en la víspera de ‘Arafa y yo ya decidí hacer el haÿÿ tamattu‘». El Mensajero de Dios le dijo: «Desata tu peinado, péinate de nuevo y pospón tu ‘umra». ‘Âisha agre- gó: ‘Así lo hice. Y cuando terminé con los ritos del haÿÿ, (el Profeta (B y P)) ordenó a mi hermano ‘Abdu Rahmân que me lleve a Al-Tan‘îm para que haga una ‘umra por la que yo había decidido ha- cer en el haÿÿ tamattu‘».

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