DEL RUEGO Capitulo 51


QUR’AN

Dijo Allah, Altísimo sea:

“Di: ¡Siervos míos que os habéis excedido en contra de vosotros mismos, no des- esperéis de la misericordia de Allah! Ciertamente, Allah perdona todas las faltas, pues Él es el Perdonador, el Misericordioso.”
(Los Grupos /53)

“Y no recibe ese pago más que el que persiste en la negación absoluta y en la ingratitud.”
(Saba /17)

“Ciertamente se nos ha inspirado que el castigo caerá sobre el que desmienta y se aparte.”
(Ta.Ha /48)

“Y Mi misericordia abarca todas las cosas.”
(El Muro que separa el Jardín y el Fuego /156)



HADIZ
1. 416

De Ubada Ibn As Samit, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“A quien atestigua que no hay más dios que Allah, solo y sin asociado. Y que Muhammad es Su siervo y Mensajero.
Que Jesús es siervo de Allah y Su Mensajero. Su palabra puesta en el seno de María y de su espíritu.
Y que el Jardín y el Fuego son verdaderos.
Con todo eso Allah le hace entrar en el Jardín, independientemente de que sus buenas acciones sean escasas.”

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Y en otro relato de Muslim:
“A quien atestigüe que no hay más dios que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, Allah lo apartará del Fuego.”


2. 417

De Abu Dhar, Allah esté complacido con él, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:



Dice Allah, Poderoso y Majestuoso:
“Quien venga con una buena acción tendrá la recompensa de diez como ella o más.
Y quien venga con una mala acción tendrá el castigo proporcional a una sola acción o se le perdonará.
Y si alguien se acerca a Mí un palmo, Yo me acercaré a él un codo. Y si al- guien se acerca a Mí un codo, Yo me acercaré a él dos codos.
Y si alguien viene a Mí andando, Yo iré a él corriendo.
Y si alguien viene a Mí encuentro teniendo tantas faltas como casi toda la Tie- rra llena, pero sin asociarme nada ni nadie, le recibiré perdonándole de la misma forma. Es decir, como toda la Tierra repleta de perdón.”

3. 418

De Yabir, Allah esté complacido con él, que dijo:

Lo relató Muslim.

tó:

“ Vino un campesino a ver al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, y le pregun-

‘¡Oh Mensajero de Allah! ¿Cuál sería la causa de entrada en el Jardín y la de

entrada en el Fuego?’
Dijo:’ ¡Quien muere sin haber asociado nada con Allah, entra en el Jardín. Y quien muere asociando algo con Allah, entra en el Fuego!’.”

4. 419

Lo relató Muslim.


De Anás, Allah esté complacido con él, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, cuando cabalgaba en su montura y subido tras de él Muádh:
“¡Muadh!
Y contestó: ‘¡Estoy a tu servicio, oh Mensajero de Allah!’ Y volvió a decir: ¡Muadh!
Y contestó: ‘¡Estoy a tu servicio, oh Mensajero de Allah!’(tres veces).
Y dijo: ‘A todo siervo que atestigüe que no hay más dios que Allah y que Muhammad es Su siervo y Mensajero, sinceramente con el corazón, Allah lo apar- tará del Fuego.
Dijo: ‘¡Oh Mensajero de Allah! ¿Puedo informar de ello a la gente y que reci- ban la noticia con júbilo?’
Dijo: ‘Si les informas de ello, tal vez dejen de hacer las buenas acciones.’
Así pues, informó de ello Muadh sólo antes de su muerte, temiendo cargar con la falta de ocultar este conocimiento.”

5. 420

De Abu Huraira o Abu Said Al Judrí, Allah esté complacido de los dos, que dijo:

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


“Cuando acaeció la batalla de Tabuk, le sobrevino a la gente el hambre y algu- nos dijeron: ‘¡Oh Mensajero de Allah! Si nos dieras permiso podríamos sacrificar algunos de nuestros camellos y así comeríamos y nos proveeríamos de grasa.’
Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘Hacedlo.’
Pero llegó Úmar, Allah esté complacido con él, y dijo: ‘¡Oh Mensajero de Allah! Si lo permites, disminuirán nuestras monturas. Sin embargo, puedes pedir que traigan todo lo que les quede de sus provisiones y después invocar a Allah, pi- diéndole que aumente nuestras provisiones. Tal vez así Allah las haga aumentar.’
Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘Sí.’
Así pues, pidió que trajeran una alfombra de piel y la extendió. Y después dijo que cada uno trajera lo que le quedaba de sus provisiones.
Un hombre vino con un puñado de maíz, otro con un puñado de dátiles y otro con un pedazo de pan. Y así hasta que se reunieron sobre la alfombra algunos ali- mentos.
En ese momento el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, pidió a Allah su bendición para esos alimentos y que los aumentara.
Después dijo: ‘Coged y llenad vuestros recipientes.’
Cogieron todos y llenaron sus recipientes, de tal forma que no quedó un solo recipiente en todo el ejército sin llenar. Comieron hasta que se saciaron y quedó más aún.
Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘Atestiguo que no hay más dios que Allah y que yo soy el Mensajero de Allah. Y el siervo que llegue al encuentro de su Señor, después de la muerte, sin dudar de estos dos testimonios, entrará en el Jardín’.”

6. 421

Lo relató Muslim.


De Itbán Ibn Málik, Allah esté complacido con él, fue uno de los que participaron en la batalla de Badr y dijo:
“Estaba encargado de dirigir las oraciones en mi gente, los Banu Salem. Me se- paraba de ellos el lecho seco de un río que, cuando venían las lluvias, me resultaba muy difícil cruzar en dirección a su mezquita.
Después fui a ver al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz y le dije: Verdaderamente, me falla la vista y el río que me separa de mi gente trae corriente cuando llegan las lluvias. Y, por consiguiente, se me hace muy difícil atravesarlo. Así pues, deseo que vengas para que reces en mi casa, en un lugar que escogería especialmente para la oración, como mezquita.
Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘Lo haré.’
Así, al día siguiente por la mañana, salieron el Mensajero de Allah, Él le bendi- ga y le dé paz y Abu Bakr, Allah esté complacido con él, y llegaron a la casa des- pués de media mañana. Y tras pedir permiso, el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, no se sentó hasta que preguntó: ‘¿En qué lugar de tu casa prefieres que hagamos la oración y quede establecida en lo sucesivo?’



Y le indiqué el lugar que más me gustaba para el rezo. Y en ese mismo mo- mento se dispuso el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, diciendo: ‘allahu akbar’ (Allah es el más grande).
Hicimos las filas tras él, rezó dos rakas y después dio el saludo y nosotros a continuación. Después se quedó como huésped, esperando a que estuviera prepa- rada la comida cocinada para él.
Y al oír la gente del lugar que el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, estaba en mi casa vinieron y se reunieron en torno a él, de tal forma que se llenó de hombres.
Y preguntó un hombre:
‘¿Dónde está Málik que no lo veo?’
Y dijo otro: ‘Ese es un hipócrita que no quiere a Allah y a Su Mensajero.’
Y le dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘No digas eso. ¿Es que no sabes que dijo: ‘La ilaha illa Allah’ buscando con ello la faz de Allah, Altísi- mo sea?’
Dijo: ‘Allah y Su Mensajero saben más. ¡Por Allah! que en cuanto a nosotros no le vemos otra cosa más, que él quiere y habla a los hipócritas.’
Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘Verdaderamente Allah ha apartado del Fuego al que dice: ‘La ilaha illa Allah’, buscando con ello la faz de Allah.”

7. 422

De Úmar Ibn Al Jattab, Allah esté complacido con él, que dijo:

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

“Llegó a Medina el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, acompañado de cautivos, entre ellos había una mujer que corría angustiada buscando a su hijo. Al pronto encontró al niño, lo cogió, se lo arrimó al vientre y se puso a amamantar- lo.
En ese momento dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘¿Veis a esta mujer capaz de arrojar a su hijo al fuego?’
Dijimos: ‘No, por Allah que no.’
Y dijo: ‘¡Por Allah que Él es más compasivo con sus siervos que esta mujer con su hijo!”

8. 423

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“Cuando Allah hizo la creación escribió en un libro que tiene encima del Tro- no: ‘Realmente Mi compasión sobrepasa Mi ira’.”

Lo relataron Al Bujari y Muslim.



9. 424

Del mismo se transmitió que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“Allah ha hecho de la compasión cien partes. Se quedó con noventa y nueve e hizo descender a la tierra una parte solamente. Y con esa se compadecen entre sí las criaturas. De tal forma que el animal levanta su pata, temiendo pisar a su cría.” Y en otro relato:
“Allah ha hecho de la compasión cien partes y una la ha mandado a los genios, al género humano, a los animales y a los insectos para que con ella sientan ternura y se compadezcan unos de otros y sienta ternura el animal por su cría. Y Allah ha dejado las otra noventa y nueve para compadecerse de sus siervos el Día del Jui- cio.”

10. 425

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


Y del mismo se transmitió acerca de lo que el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, contó de su Señor, Altísimo sea, diciendo:
“Cometió un siervo una falta y dijo: ‘¡Oh Allah, perdona mi falta!’
Y dijo Allah, Altísimo sea: ‘Cometió Mi siervo una falta y reconoció que tiene un Señor que perdona la falta y que castiga por ella.’
Después volvió a cometer otra falta y dijo: ‘¡Oh Señor, perdóname por esta falta!’
Y dijo Allah, Altísimo sea: ‘Cometió mi siervo una falta y reconoció que tiene
un Señor que perdona la falta y que castiga por ella.’
Y después volvió a cometer otra falta y dijo: ‘¡Oh Señor, perdóname la falta!’
Y dijo Allah, Altísimo sea: ‘Cometió mi siervo una falta y reconoció que tiene un Señor que perdona las faltas y que las castiga. Así pues, queda perdonado mi siervo y que haga lo que quiera’.”*
Lo relataron Al Bujari y Muslim.

*Es decir, mientras se arrepienta y pida el perdón a su Señor. Ya que el arrepentimiento (tawba) deshace todo lo anterior a él.


11. 426

Y del mismo se transmitió que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“¡Por Aquel que tiene mi alma cogida de su mano que Allah acabaría con vo- sotros si no cometiérais faltas! Vendría con un pueblo que cometería faltas, pediría el perdón a Allah y Él lo perdonaría.”

12. 427

Lo relató Muslim.


De Ayub Al Ansar, Allah esté complacido con él, que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:


“Si vosotros no cometiérais faltas, Allah haría otras criaturas que cometerían faltas y pedirían el perdón y Él les perdonaría.”

13. 428

De Abu Huraira, Allah esté complacido con él, que dijo:

Lo relató Muslim.

“Estábamos sentados con el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz y con nosotros estaban Abu Bakar, Úmar y otros, Allah esté complacido de todos ellos.
En un momento el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, se levantó delante de nosotros y se marchó, tardando en regresar. Y temiendo que le hubiera pasado algo, me levanté yo primero y salí a buscar al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Hasta que llegué a un huerto de “los auxiliares”.
Y mencionó todo el hadiz hasta cuando dijo el Mensajero de Allah, Él le ben- diga y le dé paz: ‘Ve, y a quien encuentres detrás del huerto que atestigüe que no hay más dios que Allah y que Muhammad es Su siervo y Mensajero, con el corazón sincero, anúnciale el Jardín’.”

14. 429

Lo relató Muslim.


De Abdallah Ibn Amri Ibn Al As, Allah esté complacido de los dos, que el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, recitó las palabras de Allah, Poderoso y Majestuoso, en boca de Abraham, sobre él la paz:
“Señor, ciertamente ellos (los ídolos) han extraviado a mucha gente. Y quien me ha seguido es de los míos. Y quien me ha desobedecido, pues, Tú eres Perdo- nador y Compasivo.’*
Y lo que dijo Jesús, sobre él la paz: ‘Si los castigas, ellos son tus siervos y si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sabio.’**
Después levantó las manos el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, diciendo: ‘¡Oh Allah, mi pueblo, mi pueblo!’.[Allahumma, ummatí ummatí!]. ¡ Y lloró.’
Y dijo Allah, Altísimo sea: ‘¡Gabriel! Ve a ver a Muhammad y tu Señor sabe más y pregúntale qué le hace llorar.’
Fue Gabriel y le informó el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, so- bre lo que dijo y Él sabe más.
Y dijo Allah, Altísimo sea: ‘¡Gabriel! Ve a Muhammad y di: Verdaderamente nosotros te complaceremos con tu pueblo y no te dañaremos ni te entristecere- mos’.”

Lo relató Muslim.

*Azora de "Abraham", aleya 36.
**Azora de "La Mesa Servida", aleya 118.


15. 430

De Muádh Ibn Yabal, Allah esté complacido con él, que dijo:



“Estaba subido en un burro tras el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, y me dijo: ‘¡Muadh! ¿Sabes cuál es el derecho de Allah sobre sus siervos y cuál el de los siervos sobre Allah?’
Dije: ‘Allah y su Mensajero saben más.’
Dijo: ‘Pues el derecho de Allah sobre sus siervos es que le adoren y no le aso- cien nada ni nadie. Y el derecho de los siervos sobre Allah es el de no ser castigado quien no le asocie nada ni nadie.’
Y dije: ‘¡Oh Mensajero de Allah! ¿Puedo dar esta buena noticia a la gente?’ ‘No se lo anuncies pues se confiarán’.”

16. 431

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


De Al Bará Ibn Azib, Allah esté complacido de los dos, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:
“Cuando el musulmán sea preguntado en la tumba y atestigüe que no hay más dios que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, será la confirmación de cuando Allah dice en el Corán: ‘Allah reafirma a los creyentes por medio de la pa- labra firme, en la vida de este mundo y en la Última’.”*

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

Azora de "Abraham", aleya 27.


17. 432

De Anás, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“Realmente cuando el incrédulo realiza una buena acción se le provee por ella en esta vida. En cambio al creyente musulmán, Allah, Altísimo sea, le reserva su acción para la otra vida y le provee en esta vida por su obediencia.”

18. 433

De Yabir, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

Lo relató Muslim.

“El ejemplo de las cinco oraciones es como el ejemplo de un río de abundante agua corriente que pasa por la puerta de uno de vosotros y que se lava en él cinco veces cada día.”

19. 434

Lo relató Muslim.


De Ibn Abbás, Allah esté complacido de los dos, que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:

“Aquel musulmán que muere y en cuyo entierro hay cuarenta hombres que no asocian nada a Allah pidiendo por él, Allah les acepta su petición”.

Lo relató Muslim.



20. 435

De Ibn Masud, Allah esté complacido con él, que dijo:
“Estábamos reunidos en una jaima con el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, aproximadamente unos cuarenta. Y dijo: ‘¿Estaríais satisfechos si fuerais vosotros un cuarto de la gente del Jardín?’
Dijimos: ‘Sí.’
Dijo: ‘¿Estaríais satisfechos con ser un tercio de la gente del Jardín?’ Dijimos: ‘Sí.’
Dijo: ‘Por Aquel que tiene el alma de Muhammad de su mano, yo espero que seáis la mitad de la gente del Jardín. Y eso es porque al Jardín no entra más que el alma creyente.
Y vosotros entre los asociadores, sois como el pelo blanco en la piel del toro negro o como el pelo negro en la piel del toro rojo’.”

21. 436

Lo relataron Al Bujari y Muslim.


De Abu Musa Al Ashari, Allah esté complacido con él, que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“En el Día del Juicio se le entregará a cada musulmán un judío o un cristiano y dirá: ‘Este, en tu lugar en el Fuego’.”*

Lo relató Muslim.

22. 437

*Significa que cada uno tiene una casa en el Jardín y una casa en el Fue- go. Al creyente musulmán, cuando entra en el Jardín, le sigue un incré- dulo en el Fuego porque le corresponde por derecho, por su increduli- dad. Y se coloca así en el lugar del musulmán.

De Ibn Úmar, Allah esté complacido de los dos, que oyó decir al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“El Día del Juicio el creyente será llevado junto a su Señor, de tal forma que lo cubrirá con Su misericordia. Y le reafirmará en el reconocimiento de sus faltas di- ciéndole: ‘¿Conoces esta falta? Y ¿conoces esta otra falta?’
Y dirá: ‘Señor, la reconozco.’
Dirá: ‘Realmente, Yo te las he cubierto en este mundo. Y hoy te las perdono.’ Y se le entregará la lista de sus buenas acciones.”

23. 438

De Ibn Masud, Allah esté complacido con él, que dijo:

Lo relataron Al Bujari y Muslim.

“Un hombre besó a una mujer y fue al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, y le informó de lo sucedido.
Y Allah, Altísimo sea, reveló: ‘Y establece la oración al principio y final del día. Y también en la primera hora de la noche. Ciertamente las buenas acciones bo- rran las malas.’
Y dijo el hombre: ‘¿Esto es por mí, Mensajero de Allah?’

24. 439


Dijo: ‘Es por todo mi pueblo’.”


De Anás, Allah esté complacido con él, que dijo:


Lo relataron Al Bujari y Muslim.

“Vino un hombre a ver al Profeta, Allah le bendiga y le dé paz, y le dijo: ‘¡Oh Mensajero de Allah! Me he extralimitado. Aplícame pues, la pena que me corres- ponda.’
En ese momento llegó la hora de la oración y rezó con el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Y cuando concluyó la oración le volvió a decir: ‘¡Oh Mensajero de Allah! Yo me he extralimitado. Así que, aplícame la pena que me co- rresponda según el Libro de Allah.’*
Dijo: ‘¿Tú has llegado a la oración con nosotros?’ Dijo: ‘Sí.’
Dijo: ‘Pues se te ha perdonado’.”
Lo relataron Al Bujari y Muslim.

*Se trata de un acto menor de desobediencia y no un acto contra la ley islámica, como cometer adulterio, beber vino u otro. Ya que el cum- plimiento de la oración no le exime de pagar la culpa. Y no le está per- mitido al imam dejar de aplicarle la pena que le corresponda.


25. 440

26. 441

Y del mismo se transmitió que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz:
“Ciertamente Allah se complace en el siervo que, cuando come, da alabanzas a Allah por esa comida o que, cuando bebe, da alabanzas a Allah por esa bebida.”
Lo relató Muslim.

De Abu Musa, Allah esté complacido con él, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:
“Verdaderamente Allah, Altísimo sea, tiende su mano por la noche para que se vuelva a Él quien ha cometido un acto ilícito por el día. Y tiende su mano por el día para que se vuelva a Él quien ha cometido un acto ilícito por la noche.
Y esto será así mientras no salga el sol de Poniente.”

27. 442

De Abu Nayih Amri Ibn Abasa, Allah esté complacido con él, que dijo:

Lo relató Muslim.

“Pensaba yo antes del Islam (Yahilía) que la gente estaba extraviada y no hacía nada de provecho ante Allah. Y adoraba a los ídolos.
Y oí que un hombre en Meca anunciaba hechos asombrosos. Así pues, subí a mi montura y me encaminé hacia él.


En ese tiempo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, estaba oculto, ya que su pueblo estaba contra él.
Actuando con suma delicadeza me presenté ante él en Meca y le pregunté: ‘¿Qué eres?’
Dijo: ‘Yo soy profeta.’ Dije: ‘¿Y qué es profeta?’
Dijo: ‘Me ha enviado Allah.’
Dije: ‘¿Con qué te ha enviado Allah?’
Dijo: ‘Me ha enviado para el mantenimiento de las buenas relaciones entre los parientes, para destrozar a los ídolos y para la unicidad de Allah sin asociarle nada.’
Dije: ‘¿Y quién está contigo en esto?’
Dijo: ‘Uno libre y otro esclavo’; ese día estaban con él Abu Bakar y Bilal, Allah esté complacido con los dos .
Dije: ‘Yo soy tu seguidor.’
Dijo: ‘Verdaderamente, hoy no podrás con ello.* ¿Acaso no ves mi situación y la de la gente? Sin embargo, puedes regresar a tu gente y cuando oigas que he hecho público mi anuncio, vienes.’
Regresé con mi gente como me fue ordenado.
Después llegó a Medina el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Y es- tando yo con mi familia buscaba noticias y preguntaba a la gente sobre su llegada a Medina. Hasta tal punto que un grupo de los míos fue a Medina y les pregunté: ‘¿Qué hizo ese hombre que llegó a Medina?’
Y dijeron: ‘La gente corría hacia él y lo seguían, pero su pueblo quiso matarlo sin conseguirlo.’
Más tarde me encaminé hacia Medina y fui a ver al Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz y le dije: ‘¡Oh Mensajero de Allah! ¿No me conoces?’
Dijo: ‘Sí, tú fuiste quien me vino a ver en Meca.’
Y le dije: ‘¡Oh Mensajero de Allah! Infórmame de lo que Allah te ha enseñado y que yo ignoro. Háblame de la oración.’
Dijo: ‘Reza la oración del alba y después abstente de rezar hasta que no se ele- ve el sol a la altura de la longitud de una lanza. Pues cuando el sol sale, lo hace en- tre los cuernos de shaitán**. Y en ese momento se postran ante él (el sol) los incré- dulos.’
Después puedes rezar cuanto quieras, pues los ángeles presencian la oración, hasta el momento en que la sombra es equivalente a la longitud de una lanza o de un hombre. Hasta que llegue el sol al cenit y comience el descenso. Y esa es la ora- ción del mediodía.
Y cuando la sombra se agranda en dirección este, puedes rezar y los ángeles son testigos. Hasta que hagas la oración de la tarde.
Después abstente de rezar hasta que se ponga el sol. Pues el sol se pone entre los cuernos de shaitán y entonces es cuando los incrédulos se postran ante él (el sol).’


Y le dije: ‘¡Oh Profeta de Allah! ¿Y la ablución? Háblame de ella.’
Dijo: ‘Para la ablución el hombre se acerca al agua y se enjuaga la boca prime- ro, después toma agua por la nariz y la echa. De esta forma desaparecen sus faltas hechas con la boca y la nariz.
Después se lava la cara como Allah le ha ordenado, con agua hasta la punta de la barba, y sus faltas son borradas.
A continuación se lava las manos y los brazos desde la yema de los dedos has- ta los codos y se le borrarán las faltas cometidas con ellos.
Después frota su cabeza de un extremo a otro de su pelo y se le borran las fal- tas debidas a su cabeza.
Después lava sus pies, hasta los tobillos y las faltas motivadas por sus pies le serán borradas.
Pues bien, si se levanta para rezar, da alabanzas a Allah, Altísimo sea, exaltan- do su majestad y grandeza como le corresponde, glorificado sea, con el corazón sincero, enteramente concentrado en su oración y no distraído con otra cosa. Por todo ello sale sin una falta, igual que cuando su madre le dio a luz.’
Amri Ibn Abasa relató este hadiz a Abu Umama, compañero del Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Y le dijo Abu Umama: ‘¡Oh Amri Ibn Abasa! Pien- sa lo que dices. ¿Es posible que este hombre reciba tanta recompensa por un mis- mo hecho o situación?’
Dijo Amri: ‘¡Oh Abu Umama! Me he hecho viejo, mis huesos son ya delgados y mi hora se acerca. Así que ya no tengo necesidad de mentir sobre Allah, Altísimo sea, ni tampoco sobre el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Y si no fue- ra porque lo he oído más de siete veces del Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, no lo hubiese relatado nunca’.”
Lo relató Muslim.

*Debido a la persecución sistemática que sufrían él y sus seguidores.
**Es decir, cuando shaitán y los suyos están en pleno poder y al acecho. Los asociadores adoran al sol en ese momento. Y se les ha prohibido a los musulmanes rezar en ese tiempo para que no se les confunda con ellos.


28. 443

De Abu Musa Al Asharí, Allah esté complacido con él, que dijo el Profeta, Allah le bendiga y le dé paz:
“Cuando Allah, Altísimo sea, quiere la compasión para un pueblo hace perecer a su Profeta antes de que perezca ese pueblo. Y ese Profeta se convierte para ellos en adelantado y en aquel que les suministraba de todo, tanto material como es- piritualmente. Y ahora debe resignarse con paciencia para poder así obtener la re- compensa de Allah.
Y en cambio, cuando Allah quiere que perezca un pueblo, le castiga y hace que su Profeta viva y mire como perece. Y sus ojos se tranquilizan porque recuerda cómo le desmentían y desobedecían sus mandatos.”



Lo relató Muslim.

 

 

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