Article Index

Capítulo VI.- El Día del Juicio.

Creer en el Día del Juicio.

Nosotros creemos en el Día Final, el cual es el Día del Juicio, cuando la gente será resurrecta y entonces le será dicho el permanecer en la morada del gozo o en la morada del castigo severo.

La Resurrección.

Nosotros creemos en la resurrección, la cual es que Alláh traerá ala vida a todos aquellos quienes han muerto, y luego Israfil soplará el cuerno por segunda vez. “Y la trompeta será soplada y todos los que están en los cielos y quienes están en la tierra caerán desvaneciéndose excepto aquellos a los que Alláh enloquecerá. Luego será soplada de nuevo y ellos se levantarán fijando la vista alrededor de ellos” (39:68). La gente se levantará de sus tumbas, respondiendo al llamado del Señor del universo. Ellos estarán descalzos, desnudos e incircuncisos. “Como Nosotros comenzamos la primera creación, así que Nosotros la traeremos de regreso otra vez. Esta es una promesa de Nosotros, y Nosotros seguramente la cumpliremos” (21:104).

Los Registros y Escalas.

Nosotros creemos en los registros de hechos que serán dados a la gente en sus manos derechas o detrás de sus espaldas en sus manos izquierdas: “Como para aquel a quien es dado su libro en su mano derecha, él seguramente recibirá un ajuste de cuentas fácil y regresará a su familia regocijándose. Pero como para aquel a quien le es dado su libro detrás de su espalda, él será llamado para la destrucción de sí mismo y será quemado en un fuego ardiente” (84:7-12). “El trabajo de cada hombre, Nosotros los hemos atado a su propio cuello, y en el Día del Juicio Nosotros traeremos para él un libro el cual verá abierto, diciendo “Lee tu propio libro. Suficiente para ti en este día es que tu propia alma te llame a cuentas” ” (17:13-14).

Nosotros creemos que las escalas de los hechos serán puestas en el Día del Juicio, y que ninguna alma será dañada: “Quienquiera que haya hecho un átomo de bien, lo verá” (99:7-8). “Aquello cuyas escalas son pesadas, ellos son los exitosos; pero aquellos cuyas escalas son ligeras, ellos son aquellos quienes han perdido sus almas que morarán en el Infierno por siempre. El fuego quemará sus caras y ahí ellos serán desfigurados con los labios desplazados” (23:102-104). “Aquel que hace un buen hecho será recompensado con diez veces lo similar de ello, y aquel quien haga un mal hecho solamente será recompensado por lo similar a ello, y ellos no serán dañados” (6:160).

La Intercesión de los Profetas.

Nosotros creemos en la gran y especial intercesión del Profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم). Él suplicará con Alláh, después de su permiso y sobre la mitad de la humanidad, para juzgar entre Sus siervos cuando ellos sufran de entre las preocupaciones y problemas que ellos no pueden soportar. Ellos irán a Adam (عليه سلم), luego a Noé (عليه سلم), luego a Abraham (عليه سلم), luego a Moisés (عليه سلم), luego a Jesús (عليه سلم), y finalmente al Profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم).

Nosotros creemos en la intercesión en lo que concierne a algunos creyentes quienes fueran a ser sacados del infierno. Esta mediación está garantizada al Profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم) y a otros de entre los Profetas, los creyentes y los ángeles.

Nosotros creemos también que Alláh salvará del Infierno a algunos de los creyentes sin la intercesión de ninguno; sino solo por Su Gracia y Misericordia.

La Alberca del Profeta.

Nosotros creemos en la Alberca del Profeta (صلى الله عليه وسلم), el agua de la cual es más blanca que la leche y más dulce que la miel y de mejor fragancia que el almizcle, cada uno de su largo y ancho es la distancia de un mes de viaje. Sus vidrios son como estrellas en belleza y número. Los creyentes de entre los seguidores de los Profetas vienen para tomar de esta gran cisterna un trago después del cual ello nunca volverán a estar sedientos.

La Vía Recta.

Nosotros creemos en la vía recta (Sirat) puesta sobre el Infierno. La gente la pasa de acuerdo a sus hechos: los primeros de ellos tan rápidos como la luz, luego tan rápido como el viento, luego tan rápido como los pájaros y luego tan rápido como un hombre corriendo. El Profeta estará parado sobre la vía, diciendo: “Señor ¡Sálvalo! ¡Sálvalo!”, tanto como los hechos de algunas gentes alcanzarán poco. Algunos de ellos vendrán nadando. A ambos lados del camino hay ganchos diseñados para tomar a quien Alláh desea, algunos son salvados pero machucados; otros son arrojados en el Infierno (Bukhari y Muslim).

Nosotros creemos en todo lo que está mencionado en el Corán o en los dichos proféticos concernientes a ese día y sus horrores; que Alláh nos salve de ellos.

Nosotros creemos en la intercesión (Shafa-ah) del Profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم), por la gente para que entre en el paraíso. Esta intercesión está limitada exclusivamente al Profeta Muhammad (صلى الله عليه وسلم).

El Paraíso y el Infierno.

Nosotros creemos en el Paraíso y el Infierno. El Paraíso es la morada de regocijo, la cual Alláh, el Exaltado, ha preparado para los rectos. Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, y ningún ser humano ha jamás pensado en las bendiciones que ellos disfrutarán ahí: “Ninguna alma sabe qué confort es mantenido oculto para ellas, como una recompensa por sus hechos” (32:17). El Infierno es la morada del castigo que Alláh ha preparado para los incrédulos y los malhechores. La tortura y el horror en ello no pueden ser imaginados: “Seguramente Nosotros hemos preparado para los malhechores un fuego, cuya muralla los encerrará. Si ellos claman por ayuda, ellos serán ayudados con agua como cobre derretido el cual escaldará sus caras. Cuán funesta bebida y cuán mal lugar de reposo” (18:29).

Ambos, el Paraíso y el Infierno existen ahora y nunca perecen: “Quienquiera que crea en Alláh, Él lo admitirá en los jardines debajo de los cuales fluyen ríos, para morar ahí por siempre. Efectivamente Alláh ha hecho para él una excelente provisión” (65:11). “Ciertamente Alláh ha maldecido a los incrédulos y ha preparado para ellos un fuego ardiente para morar en él por siempre, ellos no encontrarán protector ni ayudador. En el día cuando sus caras sean tornadas en el fuego ellos dirán: “Hubiéramos obedecido a Alláh y al Mensajero” ” (33:64-66).

Nosotros confirmamos el Paraíso para quien está confirmado en el Corán o las tradiciones proféticas por nombre o descripción. Entre aquellos a quienes está garantizado el paraíso y mencionados por nombre están Abu Bakr, Umar, Uthman, Ali y otros quienes fueron especificados por el Profeta (صلى الله عليه وسلم) (Bukhari y Muslim). Entre aquellos a quienes nosotros les confirmamos entrar al paraíso porque ellos cumplen la descripción son los llenos de fe y los piadosos.

Nosotros, similarmente confirmamos el Infierno para quienes está confirmado en el Corán y los dichos del Profeta, ya sea en nombre o descripción. Entre aquellos quienes son mencionados por nombre para estar en el Infierno están Abu Lahab, Amr Ibn Luhai al-Khuzai y otros (Bukhari y Muslim). La confirmación del infierno que está basada sobre la descripción incluye a cada incrédulo, politeísta o hipócrita.

Lo que sucede en la Tumba.

Nosotros creemos en el Juicio de la Tumba, el cual involucra preguntar a la persona fallecida en su tumba acerca de su Señor, su Religión, y su Profeta. Ahí “Alláh confirma a aquellos quienes creen con un firme dicho, en la presente vida y en el Más Allá” (14:27). El creyente dirá: “Alláh es mi Señor, el Islam es mi religión, y Muhammad es mi Profeta”. El incrédulo o el hipócrita dirán: “Yo no sé. Yo escuché a la gente diciendo algo y lo dije”.

Nosotros creemos en el confort de la tumba para los creyentes: “Aquellos cuyas vidas los ángeles toman en estado de pureza, diciendo: “La paz sea contigo, entra en el paraíso por lo que estabas haciendo” ” (16:32).

Nosotros creemos en el castigo de la tumba para los incrédulos trasgresores: “Si ustedes pudieran solamente cuando los malhechores están en las agonías de la muerte y los ángeles están apretando sus manos, diciendo: “Den por vencidas sus almas. Hoy ustedes serán recompensadas con el castigo de la humillación por lo que ustedes acostumbraban decir falso acerca de Alláh, y por rechazar desdeñosamente Sus signos” (6:93). Los dichos del Profeta son numerosos y bien conocidos en esta área. Un musulmán debe creer en todo lo que es reportado en el Corán y en las tradiciones proféticas concernientes a los asuntos no vistos. Él no debería contradecirlos por su experiencia mundana porque los asuntos del Más Allá no pueden ser medidos por los asuntos de esta vida. La diferencia entre ellos es muy grande. Alláh es la fuente de ayuda.

 

Rss Esp

<

 

Volver