Sahih Al-Kalim At-Taiyib
19.- Aceptar la predestinación de un hombre sin negligencia o exageración.
Alláh el Altísimo, declaró en el Sagrado Corán 3:156: ¡Oh ustedes quienes creen! No sean como los incrédulos quienes dicen a su respiro cuando ellos están viajando por la tierra o están ocupados en pelear: “Si ellos se hubieran quedado con nosotros; ellos no hubieran muerto, ni hubieran sido matados”. Esto es así que Alláh, el Altísimo puede hacerlo una causa de dolor en sus corazones. Es Alláh, el Altísimo, el que da la vida y la muerte; y Alláh, el Altísimo que ve todo lo que ustedes hacen.
115.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Un El creyente fuerte es mejor y más amado ante Alláh, el Altísimo, que (un) (creyente) débil. Cada uno de ellos, de cualquier forma es bendecido con bondad (por sí mismo). Uno debería observar qué beneficios uno debe. Uno debería buscar el refugio de Alláh, el Altísimo. Uno no debería pensar en la incapacidad de uno mismo (para hacer algo). Si uno es probado con dificultades, uno no debería decir: “Si lo hubiera hecho de forma diferente, si hubiera llevado a cabo algo más o con mejor”. Sino más bien, uno debe decir: “Cualquier cosa que Alláh, el Altísimo ha predestinado me sucederá”. “Si” abre la (puerta) para un acto malvado”.
De la honra hacia la familia de la casa del Mensajero de Allah
Los Jardines de los Justos. Imam Nawawi.
Capítulo XLIII
(Él le bendiga y le de paz. Y sobre los motivos de sus méritos y gracias)
Sagrado Corán
Dijo Allah, Altísimo sea:
"Allah sólo quiere que se mantenga alejado de vosotras lo sucio ¡Oh familia de la casa! Y purificaros completamente." (Las esposas del Profeta y sus parientes)
(Los partidos /33)
"Y quien estime los rituales de Allah... ello es parte del temor de los corazones."
(La peregrinación /32)
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La Enfermedad de los Deseos
Por Shaykhul-Islaam Ibn Taymiyyah
"Extraído “de Enfermedades de los Corazones y sus Curas” .
Traducido del Inglés por Ummu Abderahman Yasmina al Andalussia
La avaricia y los celos son enfermedades que conducen al alma a odiar aquello que la beneficiaría, y a amar eso que la dañaría. Esto es porqué los celos fueron mencionados junto al odio y el resentimiento en los ahaadith precedentes. En cuanto a la enfermedad del deseo y amor apasionado entonces ésta es el alma amando aquello que la dañaría y emparejado con esta es su odio a eso que la beneficiaría.
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Sahih Al Bujari
El libro Revelación 1
1. ‘Umar Ibn Al-Jattâb dijo: ‘Oí al Mensajero de Dios (B y P) decir: «Las obras son según las in- tenciones y cada persona será recompensada se- gún su intención. Así pues; quien haya emigrado por algún beneficio mundanal o por casarse con una mujer, su emigración será para lo que él quiso»’ .
2. ‘Âisha relató que Al-Hâriz bin Hishâm pre- guntó: ‘¡Oh Mensajero de Dios! ¿Cómo te llega la revelación divina?’ y el Mensajero de Dios (B y P) respondió: «A veces la revelación me llega como el tintineo de una campana y esta es la forma más dura de revelación. Este estado termina cuando he asimilado la revelación. Otras veces el ángel viene a mí con forma humana y yo asimilo todo lo que me dice». ‘Âisha añadió: ‘En verdad, le he visto recibiendo la revelación y noté que, en un día muy frío, corría el sudor por su frente después de terminar la revelación’.
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Sahih Al-Kalim At-Taiyib
11.- Suplica al inicio de la oración
63.- Al Apóstol de Alláh le fue dicho que hiciera una pausa por un periodo corto antes de comenzar la recitación en la oración. Viendo esto Abu Huraira (رضي الله عنه) preguntó: “¡Oh Profeta de Alláh! ¡Pueden ambos de mis padres ser sacrificados por ti! ¿Qué dices cuando haces pausa antes de recitar (en la oración)?”. Él (صلى الله عليه وسلم) dijo: “Yo digo: “¡Oh Alláh! Haz la distancia entre mis pecados y yo como la distancia entre el Este y el Oeste. ¡Oh Alláh! Purifícame de mis pecados como las ropas blancas están limpias de todas las impurezas. ¡Oh Alláh! Lava mis pecados con nieve, agua (lluvia) y granizo”.
64.- Es reportado de Jobair bin Mutim (رضي الله عنه) quien vio al Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) ofreciendo la oración y diciendo (al principio): “Alláh hu Akbar” (Él es grande). Toda la alabanza es debida a Alláh. Toda la Gloria pertenece a Alláh, el Altísimo, en el día y en la noche. Yo busco refugio con Alláh, el Altísimo del demonio maldito (la arrogancia), su respiro (poemas), su silbido y su susurro (la muerte espiritual)”.
65.- Es reportado de Aisha (رضي الله عنها) y Abu Said (رضي الله عنه) que el Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) al principio de la oración acostumbraba decir: “Toda la Gloria es debida a Ti. ¡Oh Alláh! Bendito es tu nombre. Nada es igual a Ti. No hay deidad sino Tú”.
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Sahih Al-Kalim At-Taiyib
16.- Suplicaciones cuando se encuentre a un enemigo y gente en la autoridad
106.-
El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir si él temía a un grupo de gente (malvada): “¡Oh Alláh! Nosotros Te ponemos en frente de esta (gente). Nosotros buscamos refugio Contigo de su maldad”.
107.- Es reportado que el Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) cada vez que estaba en contacto con un enemigo acostumbraba decir: “¡Oh Alláh! Tú eres mi Ayudador. Tú eres mi Apoyador. (¡Oh Alláh!) Contigo yo me muevo. Contigo (yo tengo el poder para) pelear”.
108.- Abdullah Ibn Abas (رضي الله عنه) dijo: “Para nosotros, Alláh es suficiente. Él es el Que Mejor dispone de nuestros asuntos” (Sagrado Corán 3:173). Esta es la oración que Ibrahim, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) pronunció cuando fue arrojado al fuego. Es la misma oración que Muhammad, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) también pronunció cuando: “Los hombres les dijeron: “Un gran ejército está reuniéndose contra ustedes” (Sagrado Corán 3:173).
16.- Suplicaciones cuando se encuentre a un enemigo y gente en la autoridad
106.- El Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) acostumbraba decir si él temía a un grupo de gente (malvada): “¡Oh Alláh! Nosotros Te ponemos en frente de esta (gente). Nosotros buscamos refugio Contigo de su maldad”.
107.- Es reportado que el Apóstol de Alláh (صلى الله عليه وسلم) cada vez que estaba en contacto con un enemigo acostumbraba decir: “¡Oh Alláh! Tú eres mi Ayudador. Tú eres mi Apoyador. (¡Oh Alláh!) Contigo yo me muevo. Contigo (yo tengo el poder para) pelear”.
108.- Abdullah Ibn Abas (رضي الله عنه) dijo: “Para nosotros, Alláh es suficiente. Él es el Que Mejor dispone de nuestros asuntos” (Sagrado Corán 3:173). Esta es la oración que Ibrahim, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) pronunció cuando fue arrojado al fuego. Es la misma oración que Muhammad, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) también pronunció cuando: “Los hombres les dijeron: “Un gran ejército está reuniéndose contra ustedes” (Sagrado Corán 3:173).